Dormir bien es esencial, ya que durante las horas de sueño el cerebro se “resetea” y se pone a punto para afrontar el nuevo día. Las consecuencias de no dormir lo suficiente, o de no hacerlo de forma eficaz, pueden acarrear consecuencias negativas, como cansancio, fatiga, poca agilidad mental, problemas de memoria, bajo estado de ánimo, etc.

A continuación, se proporcionan datos de interés sobre los trastornos del sueño más comunes, así como estrategias para afrontarlos.

 

El trastorno del sueño más frecuente: el insomnio

 

1/3 de las personas adultas padecen problemas de insomnio, siendo éste más frecuente en las mujeres. El insomnio puede ser de conciliación (dificultad para dormir), de mantenimiento (despertares durante la noche) o, también, existe el denominado despertar precoz (despertar mucho antes de la hora indicada).

Un gran número de personas consumen pastillas para dormir, de hecho, España es uno de los países donde se consumen más fármacos de este tipo. Es un dato desalentador, ya que existen tratamientos y estrategias psicológicas que funcionan muy bien y que no producen efectos negativos, como serían la aparición de dependencia y tolerancia a los medicamentos, así como las alteraciones cerebrales y síntomas cognitivos asociados a los mismos.

 

Tratamientos para el insomnio

 

Las técnicas de relajación suelen ser la primera opción, son eficaces en personas que tienden a pensar demasiado al acostarse. La atención a la respiración o la relajación progresiva son dos de las más usadas.

El control de estímulos es una técnica básica, ésta pone el acento en identificar cuáles son las conductas incompatibles con el sueño, para poder eliminarlas. Algunas de ellas serían: dormir la siesta, irse a la cama sin sueño, utilizar la cama para otros fines que no sean dormir o practicar sexo, la falta de horarios regulares de sueño…

Los programas multicomponentes están formados por un conjunto de estrategias que, unidas, dan buenos resultados. Algunas de ellas serían: la higiene del sueño, la restricción  del sueño, la modificación de creencias, actitudes y expectativas, así como la intención paradójica.

Éstos son sólo algunos de los tratamientos y las estrategias que se pueden utilizar. Se seleccionarán aquellas que sean más adecuadas según las circunstancias.

 

Trastornos del sueño relacionados con la respiración

 

Existen trastornos del sueño relacionados con la respiración, uno de los más frecuentes, sobre todo en hombres, es la apnea obstructiva del sueño. Se trata de una parada del flujo aéreo a pesar de la presencia de esfuerzos respiratorios. Es frecuente que se acompañe de ronquidos, resoplidos o jadeos. Además, durante el día puede provocar somnolencia y sensación de no haber descansado durante la noche.

El sobrepeso es un factor de riesgo, así como la menopausia en mujeres. En los últimos años, la apnea obstructiva del sueño se ha relacionado con depresión, ya que 1/3 de las personas afectadas presentan síntomas depresivos y un 10% cumpliría criterios para depresión moderada o grave. 

En cuanto al tratamiento, la presión nasal positiva o CPAP es la opción más indicada. Se trata de utilizar, durante las horas de sueño, una mascarilla unida a un generador de aire, con el objetivo de proporcionar un flujo continuo del mismo sobre las vías respiratorias y, así, prevenir las apneas. Otras indicaciones serían bajar de peso, abandonar el consumo de alcohol y dormir en posición lateral. 

El sueño es primordial si queremos sentirnos bien y mantener una buena salud mental. Por esta razón, es importante no descuidarlo y poner remedio siempre que sea necesario.

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